MANEJO DEL CULTIVO

 

 

Los híbridos de DEKALB aportan a los agricultores una genética excelente en rasgos relacionados con el rendimiento y la calidad del ensilado, como el contenido en energía, almidón y fibra, y la digestibilidad de las paredes celulares. Para que los agricultores puedan conservar estas ventajas durante el almacenamiento y el proceso de suministro a las vacas, el manejo del ensilaje tras la cosecha es fundamental.

 

Tras la cosecha, el maíz debe almacenarse y compactarse rápidamente para que tenga lugar un proceso de fermentación de cuatro fases llamado ensilaje que evita que la cosecha se deteriore y pierda su valor como pienso. El proceso de ensilaje y fermentación dura entre dos y tres semanas y empieza nada más cosecharse el maíz. El ensilaje correcto debe limitar el contacto del maíz ensilado con el oxígeno, para potenciar la fermentación, que permitirá conservar su valor nutricional y minimizar las pérdidas de pienso.

 

Proceso de ensilaje:

 

Etapa 1: Fermentación aeróbica. Empieza con el picado y almacenado del maíz. Las bacterias aeróbicas utilizan el oxígeno para producir dióxido de carbono, agua y calor. Cuando el forraje se maneja bien, la fase 1 dura menos de seis horas y se reducen las posibles pérdidas nutricionales.

 

Etapa 2: Primera fase de la fermentación anaeróbica. A medida que se va agotando el oxígeno, se inicia un proceso de conservación, en el que las bacterias anaeróbicas descomponen los azúcares de la planta en ácidos orgánicos, de modo que el cultivo se estabiliza para su almacenamiento. El ácido acético es una fuente de energía esencial para los rumiantes y un elemento fundamental para un ensilado correcto. En condiciones ideales, la fase 2 dura entre uno y tres días.

 

Etapa 3: Segunda fase de la fermentación anaeróbica. En la que las bacterias anaeróbicas producen ácido láctico a partir de materia orgánica ensilada, que es muy importante como fuente de energía para los rumiantes. El ácido láctico hace que el pH del ensilado baje aún más y la fermentación continúa por un máximo de 14 días hasta que el pH llega a un valor de 4,0, óptimo para el ensilado de maíz. La composición de ácidos y el pH de esta fase son indicadores tempranos de la calidad del ensilaje del maíz. En el ensilado de alta calidad, el ácido láctico supone un 4-8% de la materia seca.

 

Etapa 4: Estabilidad del ensilado y suministro a las vacas. Esta es la fase final, en la que el montón de ensilado necesita reposar y estabilizarse. Esto es esencial, una vez abierto el silo, para minimizar el calentamiento y las pérdidas. Cuando el montón de maíz ensilado se abre y empieza a suministrarse a las vacas, el forraje ensilado está expuesto otra vez al oxígeno y los microorganismos comienzan a descomponerlo inmediatamente, de modo que es crítico que los agricultores limiten el tiempo que el ensilado está en contacto con el aire antes de dárselo a las vacas para mantener el valor nutricional del forraje ensilado, y que retiren el ensilado de forma uniforme de toda la superficie. El ensilado suelto debe darse a las vacas de forma inmediata.